Frontera

La pandemia del coronavirus ha traído una impresionante cantidad de consecuencias, y aunque algunas son buenas como la convivencia familiar, valorar nuestras vidas, tener tiempo a solas con nosotros mismos. La mayoría de las consecuencias han sido negativas, desde las miles de muertes, el encierro, entre otras. Aunque en la que nos vamos a enfocar en este ensayo es en la del cierre de las fronteras de Estados Unidos a México. Esta comenzó siendo una medida de seguridad para que el COVID-19 no se esparciera por Estados Unidos, pero con el paso del tiempo, ya habiendo una gran cantidad de infectados, se quedó como una medida más política que sanitaria. Dado que en realidad es mínimo lo que evita el contagio, pero el gobierno de Estados Unidos ha batallado mucho para poder convencer a sus ciudadanos de que se vacunen, de que usen el cubrebocas, de que practiquen el distanciamiento social, por lo que si abrían las fronteras con México, se estuvieran dando la contra, pues por un lado les están diciendo a los ciudadanos de que se cuiden, que la situación está muy complicada, y al mismo tiempo están abriendo las fronteras para que los mexicanos y latinos vengan a esparcir el virus. Además de esto tenemos que tomar en cuenta de que los americanos son muy individuales, a diferencia de los chinos que funcionan más bien en grupo, y con los que han funcionado muy bien las medidas, en Estados Unidos, los ciudadanos son individualistas y no les gusta que les digan que hacer, por lo que hay algunos que creen en la sana distancia, creen en el uso de cubrebocas y en la vacunación, pero al sentirse obligados y privados de sus derechos de poder escoger que hacer con su vida, prefieren no tomar las medidas impuestas por el gobierno y por lo tanto se esparce el virus. Pero volviendo al tema, gracias a estos aspectos, Estados Unidos no ha abierto la frontera, y aunque la frontera por avión está abierta, la terrestre sigue cerrada, y no tiene fecha de vuelta.

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